miércoles, 15 de julio de 2015

Microteatro GDL estrena Temporada con Afición

Microteatro es la nueva forma de consumir teatro en Guadalajara. Aunque lleva poco tiempo en la Perla, no es una idea del todo recién salida de la incubadora. La gestión del concepto de microteatro viene de España, donde en época de crisis teatreros independientes buscaron presentar sus obras en un mismo espacio. 

La "franquicia teatral", como le llama el director de la sede en la ciudad Manuel Delgado, ya ha llegado a diferentes países y a más de una ciudad en el territorio nacional. El inmueble que lo alberga en Guadalajara se encuentra en José Guadalupe Zuno no. 2024, justo en frente del Rojo Café.

Ya por empezar su séptima temporada, teatreros del país se reúnen para presentar una temática fuerte en el ámbito de entretenimiento, pero también en un tipo de contra punto con respecto al arte: los deportes. #PorLaAfición es la manta que cobijará las ocho obras a presentar del 17 de julio al 16 de agosto de este 2015.


#PorLaAfición mostrará diferentes perspectivas de cómo dramaturgos, actores y productores ven el fenómeno de la afición al fútbol, al ciclismo e incluso a las luchas.

En su formato de 15x15x15 (15 minutos dentro de 15 metros cuadrados con 15 espectadores), el microteatro es una experiencia nueva y fresca para el entretenimiento de los tapatíos. Las funciones no comprometen a los asistentes en tiempo, no se les exige lo que el teatro habitualmente hace. Sino que exige otro tipo de público, y los sumerge en quince minutos de intimidad con los actores dentro de un pequeño espacio. 

El microteatro es para vivirse, para experimentar y estar abierto a que, sino se hacen las grandes reflexiones que se pueden hacer en una trama desarrollada en tiempo más prolongado, cambie la perspectiva de los contenidos. Podría llamarse agresiva, la manera en la que el espectador se convierte en verdadero testigo de la historia: en la que mira la frente del actor llenarse de perlas de sudor, en la que puede palpar el tenso ambiente de los participantes dentro de su historia, y en la que también puede carcajearse como si el intérprete fuera amigo de años y ambos se estuvieran riendo de un chiste local. Sin embargo, es una experiencia en la que se siente, como en ningún otro lugar, el trabajo colaborativo de la comunidad artística en la ciudad.

Si gustan de experimentar de esta nueva forma de vivir el teatro en la ciudad, no se pierdan de la temporada #PorLaAfición, que presentará con las siguientes obras MicroteatroGdl:

  • Le Tour de France, de Felipe Curiel
  • Indurain, de David P. Sañudo




sábado, 4 de julio de 2015

Romper la Rutina con Monoto-Día

La compañía de circo contemporáneo con más de 7 años desde su formación, Cirko Alebrije, presentó el montaje con el que se van de gira a Cuba. Monoto-Día es un show que combina acrobacia de piso, pulsadas, mástil chino volante, esfera volante, aro aéreo, parada de mano en cubos, clown y salto de cuerdas.


El estreno del montaje fue dentro del marco del Festival Periplo 2014, y ahora la compañía lo lleva al Foro LARVA con la intención de de mostrar el circo contemporáneo local y recaudar fondos para su gira en Cuba.


La función comenzó pasadas las 8:30, ya el público estaba en sus lugares y varios gritos hacían notar la presencia de la audiencia infantil: ansiosa por que las luces se apagaran y comenzara el show. Con las luces bajas, entraron en escena los nueve artistas. Ocuparon su lugar en lo que hacían alusión a una oficina, cada quién con las tareas que debían terminar antes del final del día. Cuando éste llegó, todos salieron rápidamente, dejando solo a quien realizaría el primer acto de parada de manos en cubos. Tomaba cada caja y la apilaba una sobre otra, formando torres altas y bajas a las que subía para demostrar su talento sobre sus dos muñecas.

El segundo acto fue grupal y tomó lugar en donde todos esperaban el camión, con un mástil chino volante que asemejaba el poste de la parada de autobús. Uno a uno escalaban sobre el dinámico tubo y se contorsionaban sobre él. Las acrobacias desde el escenario y los aplausos de asombro desde las butacas chocaron mientras el equipo de Cirko Alebrije sonreía desde el aire a los expectadores.

Cuando todos dejaron las tarimas, una pareja fue lo único que quedó bajo la tenue luz en el escenario. Mientras se hablaban con movimientos sincronizados, la esfera aérea bajó para iniciar el acto más íntimo de la noche. Alejandra Moncayo y Jorge Guerrero llevaron a cabo una coreografía romántica a metros del piso. De un extremo a otro de la estructura metálica se tomaban de las manos para después alejarse otra vez, dejándose caer con sólo la tela -parte de la esfera- como seguro.

Entre abrazos y resistencias, hicieron nudos con sus cuerpos, desatándolos en el aire y sosteniéndose entre sí. Terminaron separándose, con la luz bajando poco a poco hasta quedar a oscuras.


Antes de seguir con las acrobacias, Mireya Guzmán -artista clown invitada- bromeaba con el público. Ella era el personaje principal, que pasaba de su silenciosa y aburrida jornada laboral al asombroso mundo de las acrobacias de un momento a otro. Entre sus apariciones, amenazó al público con colgarse de una soga y saltar a un precipicio: cansada de la monotonía de sus días grises. Después de ser convencida de no hacerlo, dio pie al elenco de la compañía tapatía para que ellos hicieran algo mucho más creativo con las cuerdas.


Entre los siete que estaban en escena se turnaron para pasar a través de una, dos, y por último, tres cuerdas con saltos, giros en el aire y carretillas en parejas.

El penúltimo montaje fue un emotivo número de aro aéreo. Con los reflectores derramando la suave luz sobre su cuerpo, el arealista recorrió el aire doblando su cuerpo herméticamente alrededor del circular objeto. En el balanceo que llevaba, se hacía uno con su instrumento, subiendo y bajando mientras la música sonaba.


Para cerrar la noche, siete de los circenses realizaron una coreografía de mano a mano, subiendo los unos a otros y formando figuras de más de un piso con sus flexibles cuerpos. En parejas, tríos o solitario, los cuerpos se doblaron de derecha a izquierda y de regreso sobre las tarimas que formaban el escenario.

Muy contentos, se asomaron por los huecos de los cubos ya utilizados en números previos para despedir al público. La familia Alebrije se unió en una escultura viva como posando para una foto de recuerdo de la noche en Guadalajara.

Como mencionado previamente, ésta fue la despedida de la trabajadora compañía antes de partir a la isla Caribeña a compartir su talento.


El circo contemporáneo está en una etapa de transición en México. Se encuentra en el momento de conflicto de llevar sus actos a escenarios con taquilla poco demandada, busca allegarse a artes escénicas más consolidadas como el teatro o la música. La metamorfosis -que ya ha tenido lugar en otros países como Canadá o España- que va de entretenimiento a arte escénica a los ojos de los consumidores es dura. Deben pasar por funciones lejos de estar llenas antes de poder abarrotar recintos, como seguramente lo harán en Cuba y otros países.

Sin embargo, es una lucha que alguien debe pelear, peleémosla juntos, apoyemos el arte local, el arte en evolución y constante lucha. Apoyemos el circo tapatío.

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