domingo, 10 de abril de 2016

Payaso es aquel que deja el Corazón en el Escenario

Texto: Nidia Beltrán
Foto: Carmen de la Torre

El clown es el arte de despertar al niño interior que llevamos dentro.


En Sombra Emergente buscamos dar difusión a eventos significativos para la escena local, en donde el arte se convierte en agente de cambio y transformación social. 

Hace tiempo que dejó de ser sorpresa que Foro Periplo se llenara por completo para un evento. La gente esperaba la hora de entrada en el Café Pícaro, e incluso en la calle. A las 8:30 se dio la entrada del esperado show de clown del francés, Yann Costa.


Se llena el foro.

Baja la luz.

Una masa azul se presentó en el pequeño espacio que el amplio público dejó como escenario. Se movía con hiperactividad, mostrando de vez en vez un pie, una mano, un rostro. Comenzó a tomar forma corpórea, hasta que una nariz roja se asomó por un orificio de la tela. Un cuerpo masculino salió de su membrana, con frizz en el pelo y brazos y piernas descubiertas.


Invitó a un participante del público para que le ayudara a vestirse en su pantalón sostenido sólo por tirantes y un saco claramente mucho más grande que él.

Con su atuendo de payaso, añadió entretenimiento con malabares en los que lanzaba pelotas de distintos tamaños al aire. Antes había interactuando con cada una de ellas, dándole personalidades diferentes cuando las sacaba de su misterioso y amplio saco.


La actuación de Yann Costa fue conmovedora: dando un golpe de frente a la realidad oscura y sangrienta que vivimos. Con la escasez que vivimos de gestos de alegría y risas sin argumentos, la noche ofreció un respiro al corazón, un contacto humano entre un artista y su público: un instante de conexión fraterna dentro de la íntima caja negra en el centro de la ciudad.


Gran parte de su acto, Yann invitó a una niña del público a ser su co-artista. Lograron hacer un mismo personaje en el que la inocencia y las risas fueron los elementos principales para apostar por las artes circenses de la ciudad: un horizonte prometedor en el que el arte inyecte vida y optimismo a la escena local.



La música marcaba la pauta del número: dando una atmósfera mágica con un acordeón parisino, ritmos de jazz marcados y movidos, e incluso unos acordes oscuros y melancólicos, con los que terminó su número.


Al final de la noche, Yann Costa cayó en la cuenta de que, para hacer un acto completo de clown, "El payaso debe entregar su corazón al público".

Después de un show lleno nobleza y muchísima creatividad; Yann se esmeró en poder entregarse por completo al público, que ya estaba en sus manos. Así terminó su noche: creando una conexión humana y empática con la que muchos artistas sólo sueñan crear.




jueves, 7 de abril de 2016

Montaje expresivo

Es momento de hacer un análisis del montaje expresivo, que como ya habíamos aclarado se diferencia del montaje narrativo, pero ¿por qué habría que hacer esta distinción que en ocasiones no parece tan importante erróneamente?

Nombro montaje expresivo al tipo de montaje estético que se preocupa justamente tanto por la experiencia empírica que el espectador presencia como la que el autor construye cinematográficamente. En esta forma de montaje lo que resulta realmente importante no es la narración de una historia primordialmente, sino la propuesta de un tema como idea y la forma en que se trata éste en imagen fílmica. Es aquí donde todo puede tornarse un poco más claro a la hora de acercarnos a la distinción entre cine de espectáculo y cine de autor.

El montaje expresivo deja ver que la técnica del montaje no necesariamente debe seguir reglas categóricas, ya que el cine es un aparato por donde se transmiten ideas. Así la técnica unida a la reflexión sobre algo que quiere decirse genera un discurso en el que cinematográficamente puede valorarse como algo artístico en el caso en el que la idea se convierte en reflexión[1].


Al realizar ese proceso de reflexión, el autor cinematográfico revisa las herramientas que le ofrece la técnica cinematográfica para crear un discurso. Esto quiere decir que el autor se pregunta ¿qué es el cine? Pues se cuestiona la manera en que le dará forma a su discurso. Esto nos deja ver que no necesariamente deben seguirse las reglas ortodoxas que se han formado en un dispositivo cinematográfico como: géneros, duración, técnicas de edición etc. Aquí es donde entra el arte cinematográfico; donde el discurso se encuentra que con los sentidos existe otra forma de comunicación. Romper o forzar el lenguaje, a veces nos dice más. Es por ello que como espectadores debemos poner atención a la función de los recursos cinematográficos como la Imagen Sonora y la Imagen Visual que nos presentan y verificar cuando estamos frente a un cine de espectáculo o un cine de arte y de culto. Al cuestionar lo que estamos presenciando estamos elaborando un pensamiento crítico –no de juicio- pues para criticar hay que conocer lo que uno crítica, y al informarnos de los contenidos nos generamos las bases para poder criticar, en este caso, el discurso cinematográfico.





[1] Hago énfasis en la reflexión cono una forma distinta del pensamiento, pues en todos los casos el pensamiento opera en tanto que se le da forma a un proyecto. No obstante la reflexión es aquel momento en el que se piensa sobre el proyecto pensado, es decir un proceso de pensamiento más profundo, ya sea un tema en específico al que se le da un desarrollo específico o cómo opera realmente el discurso.

lunes, 4 de abril de 2016

Lafarga se despide con una Varieté de Circo

Presentación de “A la Chance” 
Lugar : Foro Periplo 
Texto: Carmen De La Torre 
Foto: Nidia Beltrán


El arte une a todos, crea comunicación y nos ayuda a experimentar emociones en cuestión de segundos. Foro Periplo siempre ha sido partícipe de todo este proceso, es un lugar que si tuviera que ponerle una descripción sería la de una bomba de arte muy íntima. Es increíble la magia que puede pasar dentro de muros, dentro de un lugar y en el espectáculo de “A la Chance” que tuvimos la oportunidad de presenciar este sábado. 

Ed Lafarga es un chico que maneja la cuerda lisa y que se ha estado abriendo puertas dentro del medio circense, ahora tiene la oportunidad de viajar al extranjero para seguir sus sueños; con el fin de recaudar fondos, sus amigos, sus compañeros y él decidieron montar el espectáculo de “A la Chance” donde nos tuvieron a todos cautivados con sus diferentes talentos. 

El manejo de luces siempre es fundamental, genera una atmósfera junto con la música adecuada (o muchas veces con el mismo silencio). En esta presentación las luces iban de cenitales precisos mientras una chica seguía una armoniosa coreografía aérea, a luces tiernas y difusas que después cambiaban y daban pie a un foro completamente iluminado, para luego poder apreciar un numero de malabares con pinos blancos. 

Los actos fueron variados, al igual que las actuaciones donde había varios toques de comedia que encendían risas entre el público. La mezcla de estos diferentes factores ayudó a que el espectáculo se volviera muy amigable, pero siempre poniendo en primer plano lo artístico. Danza aérea, malabarismo, straps y baile fueron algunas de las cosas que estos chicos lograron hacer brillar en el escenario. 

El último acto, que era el más emotivo en el ambiente fue el de Lafarga, quien al salir empezó a ser cubierto de cinta por sus diferentes amigos, todos dejando un pedazo de ellos en él. La cuerda lisa tomó protagonismo cuando la luz bajó en cenital sobre ella, de la oscuridad Lafarga se incorporó al circulo de luz. 

Estaban sólo él y su cuerda. Mientras subía la cuerda iba dejando atrás los pedazos de cinta, la cual caía lentamente al suelo. Fueron minutos de silencio entre el público mientras todos miraban al artista, cautivados y maravillados. Al bajar de la cuerda, con un cierre muy simbólico, Lafarga y sus compañeros de espectáculo fueron caminando entre el público mientras pegaban pedazos de la cinta a la audiencia. Para así dar una interpretación que a pesar de que el arte fuera momentáneo, siempre queda un pedazo de la experiencia en aquel que lo pudo percibir.