domingo, 18 de mayo de 2014

California brilla bajo los reflectores del Teatro Degollado



"Gregory Porter, ganador del Grammy al mejor Álbum Vocal de Jazz 2014" anunciaba la publicidad de lo que abriría oficialmente el esperado XVII Festival Cultural de Mayo. Debido a que fui a la segunda función (la del viernes 9 de mayo), no me tocó la ceremonia de inauguración del XVII Festival Cultural de Mayo. Sin embargo, a mi modo corté el listón de uno de los meses más activos en la industria artística de la Perla Tapatía con una espectacular noche de jazz suave, interpretado por cinco fabulosos músicos californianos.

Apenas salieron los músicos, Yohuske Satoh (saxofonista de la banda) volvió su cabeza fijando sus ojos en cada rincón del grandioso Teatro Degollado, encantado de lo que la oscuridad ocultaba parcialmente. Su instrumento sonó, transformando el aire que respiraba en notas felinas y seductoras, características del jazz. 

Después de una corta introducción instrumental, Gregory Porter salió al escenario con ovaciones de todo el público y empezó su estrategia de conquista con su suave y cálida voz.
Las canciones que tocaban el góspel, el blues, R&B y jazz; fueron engatuzando poco a poco a la audiencia, que se conectaba cada vez más con el ritmo y las cinco personas en el estrado.
Fue antes de la segunda canción que el cantante presentó a la banda y su nuevo disco Liquid Spirit y comenzó una canción que por poco pone a todo el público a bailar fuera de sus lugares. El pianista, Chip Crawford, lució sus habilidades con solos en los que hizo rápidos cambios y complementó con algunos acordes disonantes que le dieron una dinámica más extravagante a sus interpretacioens. Para sorpresa de la cálida audiencia, en su mayoría tapatía, usó como arpa las cuerdas del piano de cola más de una vez.

La cuarta canción del repertorio fue Liquid Spirit, la cual el cantante describió como su expresión de energía, amor, música y alma. Esta canción resaltó más que el resto las influencias góspel de los músicos poniendo a aplaudir a todo el público desde el primer compás. 

Otras canciones como 1960 What?, No Love Dying y On My Way To Harlem hicieron al público rugir y, en su rugido, expulsar una pared de energía al escenario.

Me llamó mucho la atención leer en el folleto del evento que Gregory Porter tenía planeado entrar a la universidad becado por jugar fútbol americano. Se lesionó y tuvo que escoger otro camino, fue entonces cuando descubrió la música. Me quedé pensando: ¿cuántas veces nos ha faltado tomar las malas experiencias y convertirlas en oportunidades de renacimiento/ evolución? Soy fiel creyente de que somos excelencia en potencia y no sólo en un camino: las múltiples dimensiones de una persona le da miles de oportunidades de realizarse.


La última y nos vamos 

Probablemente mi parte favorita de los conciertos son las canciones que se tocan después del encore y esta banda realzó la misticidad de ese momento. Volvieron casi obligados por el ensordecedor sonido de los aplausos incesantes del público extasiado. Hicieron brincar de emoción, aplaudir y cantar a todo pulmón a los animados mexicanos con Quizas, quizas, quizas. 

Después de ese final con catarsis, sobra decir lo sonrientes y fascinados que salieron los asistentes del magnífico Teatro Degollado. 


Voz -Gregory Porter 
Piano -Chip Crawford
Batería -Emanuel Harrold
Bajo -Aaron James
Saxofón -Yohuske Satoh 

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