domingo, 21 de junio de 2015

PERIPLO despide con carcajadas

El cierre de la tercera edición del festival que trajo a personalidades como Chloe Somers, Thom Wall, Cyrille Humen y más, llegó a su fin con un evento de un poco más de dos horas de duración. El sábado 20 fue el último día en el que el Laboratorio de Artes y Variedades desplegó luces en su foro y albergó risas y ovaciones. 



La Gala de Clausura del festival Periplo reunió a los mejores de los talentos que trabajaron durante la semana en Guadalajara. Los ocho números que llenaron la velada de expectativa, emoción y suspenso se repartieron entre los actos de Jorge Reza. El comediante mexicano se vistió de cheff y entró en personaje como cocinero italiano de apellido Pepperoni. Realizó actos de malabarismo, clown y más; interactuando con el público que reía a carcajadas de sus expresiones y chistes.

Ya entrados en ese humor gracioso y atento, Chloe Somers se presentó bajo el reflector que cobijaba el alto trapecio. La acróbata norteamericana, egresada del Centro de Artes Circenses de Nueva Inglaterra, mostró su destreza y flexibilidad alrededor del inanimado objeto. Con saltos y piruetas en el aire, Chloe Somers impresionó al público, que ardía en aplausos. 

Posteriormente, el malabarista francés, Cyrille Humen, subió al escenario que lo vio llevar a cabo una coreografía con poi la noche anterior. El animado público bajó los decibeles de su emoción para sincronizar su energía con la del danzante, quien se acompañó de música clásica y muy poca luz para llevar a cabo su número. Con sólo una pelota, en su acto de malabarismo de contacto, hizo tocar las fibras más sensibles en el interior de los espectadores. Sus movimientos eran suaves y fluidos, haciendo que el movimiento de la pelota pareciera separado de su cuerpo.



Cuando el tercer participante entró en escena, el público cambió de faceta. Leo Sivira hizo un poco de clown para empezar, ya sobre las tarimas se encontraban los tres soportes que lo ayudarían a desarrollar su acto. Entre chiste y chiste, dejó ver lo talentoso que es. Cada vez iba aumentando el nivel de dificultad de las paradas de manos que realizaba: cambiando de mano, doblando y desdoblando las piernas, y al final, cambiando el soporte e incluso girando sobre uno solo.

Cierto, el circo es característico por sorprender con actos fuera de serie. Pero el Laboratorio de Artes y Variedades presenció el hilarante número de la carismática Marianna de Sanctis. La italiana pasó entre el público mientras se hacía paso hasta el escenario. Vestida con extravagantes colores y una falda que parecería estorbosa para su acto de hula hoop, Marianna recorrió el foro cantando y bailando como una niña pequeña. Brincaba y jugueteaba con sus tres aros hula, los lanzaba al aire, los balanceaba sobre su nariz, brincaba entre ellos.... y siempre terminaba con estruendosas expresiones como para comunicar su logro a la ya cercana audiencia. 


Luego de fuertes aplausos y risas ocasionadas por la ocurrente Marianna de Sanctis, el cheff Pepperoni apareció ante el público con una anécdota de su infancia. Platicó lo importante que era la nutrición para su madre, y cómo se alimentaban desde pequeños él y sus hermanos, en la antigua Italia. Entre varios platillos, mencionó la pasta, y al mismo tiempo señaló la imponente cuerda lisa al centro del escenario, que comparó con un gran spaghetti: como los que solía comer en casa.

Con esto, Pepperoni presentó a la ovacionada Jade Zerón -ya campeona de varios concursos de circo y danza aérea como el FiCHo-. La también tallerista de PERIPLO bajó las luces a un tono cálido, como el romántico bolero que sonaba acompañando y guiando su acto. Con su disciplinada técnica, subió y bajó de la cuerda, hizo nudos alrededor de su cuerpo y los deshizo con ayuda de la gravedad.


Fue el turno de Thom Wall para sorprender al ávido público. Con su acto de balance sí que sacó suspiros de la gente, que se sorprendía más y más con cada copa que agregaba a la pirámide invertida que sostenía sobre el filo de una daga dentro de su boca. Con gran carisma, el estadounidense terminó su acto después de alternar botellas, copas, espadas y hasta candelabros en su fantástico balance. Fue un número lleno de glamour y muchas expectativas, que verdaderamente superó el artista de Cirque du Soleil.

Para cerrar con broche de oro, Cardio Dúo subió al escenario con uno de los actos más exitosos en México.

Los acróbatas se auxiliaron de una percha de entre dos y tres metros para volar las mentes de quienes creían no poder sorprenderse más en una noche.

Solene Albores y su compañero Rodrigo Altesor, vestidos con atuendos de playa, hicieron muestra de su fuerza corporal y de convicción al llevar a cabo tal acto.

Solene subía y bajaba de la percha mientras Rodrigo se movía alrededor del escenario, e incluso subía las escaleras que estaban en un extremo de las tarimas.

No dejaron ninguna duda de que el talento mexicano no tiene límites.



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