Domingo, 31 de Enero 2016.
FUOCO DI STRADA CIRCO.
“INCÓGNITOS”
Lugar: Foro Periplo
Texto: Carmen De La Torre
Foto: Lorena Macías
El Domingo 31 de enero el entorno dentro
del Foro Periplo era de humo denso,
luz cálida y una banca solitaria en medio del escenario. FUOCO DI STRADA es la compañía de circo encargada de montar “Incógnitos”;
obra con una ambientación que hacía sentir a uno en una película de la época de
los años 20s.
Había una media luna hecha por las gradas
y sillas del público; la luz en el escenario se asemejaba a la de una calle
solitaria: una luz amarillosa, débil y tenue caía sobre una banca de madera. El
humo subía como proveniente de una alcantarilla caliente, del otro lado del
lugar entraba lentamente otra luz, una de color azul que nos recordaba el frío de la
noche.
Nos presentan una maleta en medio del
escenario, traída por uno de los integrantes de la banda de blues que nos irá
cautivando con su espíritu y pasión a lo largo de la obra.
Nos empiezan a presentar a los personajes
con los que nos familiarizaremos y aprenderemos los siguientes 50 minutos.
Cuatro hombres con gabardinas, sombreros de detective y trajes; así como las
quinta personaje, una chica con vestido, peinado en cola de caballo y gabardina
larga. Todos interesados en un objeto en común, la maleta.
La música comienza tranquila, va llevando
las acciones de los personajes quienes se
acercan a la maleta quietos, sigilosos, cautelosos ante cada movimiento.
Ninguno permitiendo que el otro se acerque demasiado al objeto. A medida que la
obra avanza comienza a haber diferentes números circenses en los que cada
individuo usa su talento para tratar de obtener la maleta. Desde malabares con
pinos bien coreografiados, actos con un aro gigante donde la gente está al
borde de sus sillas, o un personaje arriba de escaleras gigantes que sobresalta
al público, hasta actos en mono ciclo que estallan carcajadas en la audiencia
por varios minutos. Todos estos evocando distintas emociones como preocupación,
asombro y risas a lo largo de cada acto.
Se aprecia un grado profesional de
actuación, disciplina y práctica de cada actor. Cada personaje tiene una
actitud bien definida, que hace que el público se encariñe y sienta empatía por
ellos. Usan elementos dentro del escenario para hacer el espacio más amigable,
giran por todo el lugar junto con la banca de madera, cambian de vestuario en
el mismo espacio y recorren todo el
lugar para envolver al espectador.
La
banda de blues (Los Villanos Blues), además de darnos un entorno musical, tiene un diseño sonoro
dentro de la presentación. Cada acto va acompañado de efectos musicales bien
controlados y planeados. No hay diálogos
en la obra porque la música es el instrumento narrativo, te lleva a ritmo con cada escena, te pone tenso
mediante las vibraciones de las cuerdas, te sacude con una batería rápida, te
mantiene a ritmo con un bajo grave y te eriza la piel con un solo de guitarra
épico.
Durante la obra existe un desarrollo notorio de los personajes; vas creciendo junto con ellos, vas encariñándote con cada uno. Puedes llegar a la conclusión de que la maleta (tomándola como una metáfora) puede ser esa vida que todos tratamos de descubrir, de saber qué hay dentro de ésta, cómo podemos lograr tenerla y sentirnos plenos. Después te das cuenta que no tiene que ser un trabajo individual el buscarla, puede ser un viaje grupal hacia el recorrido que es la vida. Los personajes se ayudan mediante lo que sabe cada uno y al final logran obtener el objeto deseado.
No es lo que hay adentro de esta maleta lo
que importa, lo que importa en “Incógnitos”
es el trabajo en equipo de actores, músicos y público que se logro en el
desarrollo de la obra, con el fin de alcanzar el objetivo en común: dejarte
llevar por la magia y experiencia en vivo del arte circense .
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